Entendmos que cada mente es un universo único y especial. Desde el 2018 nos dedicamos a brindar soluciones, orientación y recursos para familias que enfrentan desafíos relacionados con el comportamiento. Sabemos que con la comprensión adecuada y el apoyo correcto, cada niño tiene el potencial de brillar con luz propia.
La agresión física implica el uso de la fuerza para dañar a otros u objetos. Abarca acciones como golpear o dar puñetazos, impulsadas por emociones como la ira o la frustración. Si bien algunos actos son impulsivos, otros son premeditados. El comportamiento agresivo persistente puede indicar problemas psicológicos más profundos y podría requerir intervención o terapia.
El aislamiento es la condición de estar solo, separado de los demás, ya sea por elección o por factores externos. Puede ser físico o emocional. Si bien los períodos breves pueden ser beneficiosos o necesarios, el aislamiento prolongado puede provocar sentimientos de soledad, depresión y alienación. En contextos sociales, puede surgir del ostracismo o la exclusión.
La destrucción de propiedad es el acto deliberado de dañar o arruinar las pertenencias o bienes públicos de otra persona. Este comportamiento, que va desde el vandalismo hasta el incendio provocado, puede deberse a diversos motivos, como la ira, la protesta o la travesura. La destrucción intencional de propiedad a menudo es punible legalmente, lo que refleja la desaprobación de la sociedad hacia tales acciones.
La conducta de autolesión implica dañar intencionalmente el propio cuerpo sin intención suicida. Las formas comunes incluyen cortarse, quemarse o rascarse. A menudo es un mecanismo para afrontar el dolor emocional, el estrés o las emociones negativas. La comprensión y la intervención son cruciales, ya que indican angustia emocional subyacente y pueden provocar daños físicos o problemas de salud mental más graves.
El comportamiento desafiante se caracteriza por la resistencia a la autoridad y la negativa a cumplir reglas o directivas. A menudo se ve en niños y adolescentes y puede manifestarse como terquedad, argumentación o desobediencia. Si bien el desafío ocasional es típico en el desarrollo, el desafío crónico o extremo puede indicar trastornos del comportamiento como el trastorno de oposición desafiante (TND).
Los comportamientos estereotipados son patrones fijos y repetitivos de acciones o movimientos, que a menudo se observan en el autismo y otros trastornos. Estos pueden incluir aleteo de manos, balanceo o sonidos repetidos. Si bien se desconoce la causa exacta, pueden servir como mecanismos para afrontar el estrés o la sobrecarga sensorial. Comprender y abordar los desencadenantes subyacentes puede ayudar a controlar estos comportamientos.
Nuestros terapeutas especializados en el campo del Análisis Aplicado de la Conducta (ABA) se pueden encontrar brindando su experiencia en una variedad de entornos, desde centros especializados en terapia ABA, escuelas y hogares de clientes, hasta hospitales, centros de salud mental y programas de intervención temprana. Su presencia es vital para crear un ambiente de apoyo e implementar estrategias efectivas para mejorar las habilidades y comportamientos de los más pequeños del hogar.
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